El branding personal es una de las áreas menos comprendidas de la profesión de consultoría creativa, existen una serie de concepciones equivocada sobre lo que debe ser o no ser un diseñador en términos de presentación. Me parece increíble que se asocie el nivel creativo de una persona con su vestimenta, de hecho esto contradice todo lo que se trata de comunicar en términos de mercadotecnia, diseño y creatividad. Lo mismo sucede en twitter, en facebook, pinterest y tantas otras redes sociales. Nuestra primera impresión profesional muchas veces será nuestro bio en social media.

Al escribir en twitter un comentario, dar RT a una persona o compartir una liga se abre la puerta a que las personas que reciben el mensaje acudan a nuestro perfil para conocer un poco más de nosotros. Es por esto que la imagen que utilizamos y la descripción de nuestra persona son tan importantes. Si optamos por tener un bio que dice “mercadólogo ácido, impaciente que siempre dice lo que piensa, le guste a quien le guste” corremos el riesgo de alienar a un potencial cliente, un futuro empleador o simplemente a un amigo probable.

Esto es igualmente cierto que la primera impresión que formamos al conocer a una persona frente a frente, no extenderíamos la mano y diríamos “soy juan, loco, creído, inestable creativo”, las redes sociales han dejado de ser alter egos y son cada vez más un reflejo de nuestra persona. No con esto digo que no podamos ser un poco más agresivos que en el mundo real; sin embargo, el margne de error es mucho menor de lo que se piensa inicialmente.

Una buena regla es decir de nosotros lo que nos gustaría que piensen al recordarnos, es tan simple como una estrategia de branding de una marca. Bien sabían las mamás cuándo os decían “no puedes nadar toda tu vida contracorriente”

 

Alvaro
Director de operaciones Revista Merca2.0, colaborador semanal en temas de mercadotecnia con Eduardo Ruiz-Healy en Radio Fórmula, maestro con la Escuela de Mercadotecnia. Apasionado del marketing.