México, D. F.- De acuerdo a diversas estimaciones el 80 por ciento de los estudiantes de diseño gráfico en el país nunca trabajarán en su oficio, debido sobretodo a situaciones económicas. Sin embargo, mucho del terreno profesional perdido por los diseñadores obedece a su formación en las aulas, que responde a esquemas antiguos u obsoletos hoy en día. Mucha de las batallas laborales –que hoy se libran sobretodo en el terreno digital– de los diseñadores están siendo perdidas por los programadores, los cuales llevan ventaja en su formación. ¿Debe el diseñador controlar ahora la variable tecnológica de conocimiento en cuanto programación para lograr posicionarse de nuevo en el mercado?

Cierto es que hasta hace unos pocos años, quien como diseñador dominara el portafolio primario de herramientas de Adobe –Photoshop, Illustrator, InDesign– estaba prácticamente a la vanguardia. Era capaz de retocar, trazar y formar un producto editorial sin ningún problema. El conflicto comenzó, al menos en México a finales de la década de los noventa, cuando alguien hizo una pregunta que parecería tonta: “Oye, ¿y este diseño puedes llevarlo a web?”

Muchos diseñadores se replegaron a sus áreas de especialización, ya fuera retoque digital, formación editorial o de empaque (industrial), hay varios muy buenos en nichos específicos, y son muy calificados y cotizados. Sin embargo y de la gran mayoría, pocos decidieron adentrarse en el mundo web y dar un paso hacia adelante, optaron porque un nuevo profesional, al que nadie en su momento entendía o asimilaba, hiciera la talacha de complicarse con códigos de letras, números y comandos, el programador. No contaban con que este nuevo ente, podía, entre todas sus capacidades, aprender a diseñar.

Hoy en día todo es web, móvil. Cualquier sitio o aplicación se mueve gracias a la programación, de su complejidad y planteamiento al usuario depende su éxito en el mercado, y los parámetros de funcionalidad, operación y visibilidad dependen ahora del programador. Si bien le va el diseñador entra en la ecuación final, le piden mandartodo en layers (una imagen o gráfico), para que el programador haga el trabajo pesado, si no es que dentro del equipo de programadores ya hay varios que también son diseñadores.

Muchos diseñadores siguen con la idea de que su trabajo es meramente estético, mientras que los programadores ya añadieron esta variable a su quehacer cotidiano. El trabajo digital requiere personal que comprenda a la integración como parte fundamental de su operación, entender sólo una variable del nuevo quehacer representa aislarse.

Como se comentaba al principio esto no es culpa absoluta de los diseñadores, sino muchas veces de su formación académica, de conocimientos que una vez fuera de las aulas ya son totalmente obsoletos. Dependerá por el momento de la visión de los mismos diseñadores y de su proceso de educación continua insertarse cada vez más dentro de la nueva ecuación tecnológica del quehacer digital.