Yo pinto las cosas como son, no comento. Henri de Toulouse-Lautrec

Henri de Toulouse-Lautrec fue uno de los grabadores más talentosos e innovadores de finales del siglo XIX. Su trabajo capturó la imaginación del público desde el momento mismo en que apareció su primer cartel en las calles de París, en 1891, y aún sigue siendo objeto de fascinación a 150 años de su nacimiento.

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Lautrec se crío en una familia aristocrática; sin embargo, se sentía a sus anchas en los barrios bohemios de París, y se movía como pez en el agua en las calles de la ciudad así como las sórdidas tabernas de Montmartre y los cafés cantantes que se convirtieron en su entorno e inspiraron su obra.

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Lautrec se formó como pintor y en 1891 se inició en la litografía a color. De inmediato, se convirtió en una obsesión: en la década anterior a su muerte prematura, en 1901, creó más de 350 litografías desde carteles e impresiones hasta ilustraciones para revistas, periódicos, programas de teatro, libros y partituras.

“L’a che y a qu’Ça !” (¡El cartel, no hay nada más!), proclamaba. En su entusiasmo por aprender sobre técnicas de impresión y experimentar con nuevos procesos, hizo de sus visitas a las imprentas parte de su rutina diaria.

11 de agosto al 27 de noviembre podrás ver su obra en Museo del Palacio de Bellas Artes.