El New York Times retiró una caricatura del portugués António Moreira Antunes por ser considerada antisemita, tras la polémica desatada, el periódico más importante de Estados Unidos tomó la decisión de dejar de emitir viñetas en su edición internacional.

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El cartón que fue publicado en el jueves 25 de abril en la edición que se distribuye por todo el mundo, fue divulgado previamente el 19 de abril en el semanario portugués Expresso (donde el ilustrador trabaja desde 1974). El cómic consiste en un perro guía con la cara del Primer Ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, el cual tiene un collar con una estrella de David y está dirigiendo al presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, que aparece ciego con lentes oscuros y un kipá (símbolo judío).

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Como es sabido, la caricatura política está considerada en la sección de opinión, puesto que es una forma de crítica social utilizando recursos visuales, pero la gente expresó su enojo al decir que la ilustración era antisemita. Por lo que el diario se disculpó días después y retiró el cómic del sitio.

El autor defendió su trabajo y de acuerdo a una entrevista con el diario El País, Moreira expresó  que “el cartonismo obedece siempre a unas reglas, exageramos una historia y para entenderla utilizamos unos símbolos genéricos. Todo con el fin de bajar del pedestal a las vacas sagradas. […] Las reacciones de Trump y de su hijo eran predecibles, las de las redes sociales también, pero la reacción del periódico no la esperaba. Creo que ha sido peor el remedio que la enfermedad”.

Parte de las consecuencias de esta situación es la decisión del New York Times de terminar el contrato con CartoonArts International que era la agencia encargada de proporcionar las viñetas, por lo que a partir del 1 de julio se dejará de publicar cómics en dicha versión. Los afectados son James Bennet, editor de la sección (puesto que fue sancionado), así como Patrick Chappatte y Heng Kim Song, quienes participaban en el diario y fueron despedidos.

El temor de ésta decisión radica en que la libertad de expresión pueda verse comprometida por cumplir los estándares de lo “políticamente correcto” dejando atrás la crítica social irreverente, incómoda y satírica de la que se caracteriza la caricatura. ¿Qué opinión te genera esta situación? Déjanos tu opinión en los comentarios.

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