El logotipo de H&M es un ejemplo de que una tipografía bien elegida en combinación con un color imponente es todo lo que se necesita para crear un emblema que represente a la compañía, además de que sea altamente recordado por las personas. La empresa fue fundada en 1947 por Erling Persson en Estocolmo, Suecia; su nombre original era Hennes, que significa “suya”.

Su logotipo consistía en una fuente cursiva y manuscrita, igualmente de sencilla que la actual. Más tarde Persson compró otra compañía minorista de ropa y las fusionó, por lo que el nombre como Hennes & Mauritz, fue entonces en 1968 que decidió simplificar el título y lo dejó en las iniciales de ambas industrias: “H&M”.

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A raíz de la fusión se creó un imagotipo que contenía las dos palabras y en medio de éstas una pequeña circunferencia que encerraba un “H&M”, pero se decidió por simplificar también éste y utilizar sólo las iniciales como logotipo. Las letras tienen un estilo manuscrito y cursiva al igual que el anterior pero con modificaciones que las hace más altas, más delgadas y más juntas.

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Aunque ha sido criticada en distintas ocasiones por mantener estático su logotipo, la compañía responde con acciones, pues gracias al éxito que tiene no tiene necesidad de modificarlo, dado que la gente lo reconoce y parece aceptarlo de ésta manera, a pesar de que tiene 50 años sin ningún cambio.