El compromiso con el trabajo debe ser una característica de tu labor como creativo visual, pero nunca al borde del suicidio. En Japón, una empleada de la agencia de publicidad Dentsu acabó con su vida a causa del exceso de trabajo que llegaba a registrar hasta 20 horas por día.

La muerte de Matsuri Takahashi ocurrió hace algunos meses, pero apenas en días pasados la compañía respondió por la situación con la renuncia de su presidente, Tadashi Ishii, al tiempo que las autoridades laborales del país asiático investigan el caso y buscan fincar responsabilidades.

Japón es reconocido mundialmente por su cultura del trabajo y las largas jornadas laborales que sus habitantes están acostumbrados a realizar. Están habituados, por ejemplo, a pernoctar en pequeñas cápsulas-dormitorios que se colocan cerca de los centros de trabajo o las estaciones de tren. Así, no se pierden horas hombre en traslados a casa y se puede garantizar la ejecución de las tareas asignadas por el patrón.

Por supuesto, ante los ojos del resto del mundo se trata de un exceso -algunos países han demostrado que menos horas de trabajo resultan más efectivas que las extenuantes jornadas maratónicas– que afecta directamente la salud física y mental de las personas, tal como ocurrió con Matsuri Takahashi.

Se sabe, desde luego, que las condiciones económicas que se vislumbran para este año obligan a trabajar con mayor ahínco, buscar la excelencia y dar un poco más de lo habitual, pero nunca a costa de la propia salud y la estabilidad emocional.

Si te encuentras ante una situación similar, recuerda que en tu país existe una ley laboral y alguna dependencia pública que ampara las malas prácticas patronales, acude con ella y recuerda que el estrés es uno de los peores enemigos de la creatividad y su libre flujo.