Gracias a los avances técnicos, hoy en día resulta menos complicado enviar un original a impresión y los resultados tienen en la actualidad menos errores.

Sin embargo, todavía hay algunos aspectos que debes vigilar, de lo contrario, tu trabajo perderá calidad. A continuación enumeramos cinco de esos aspectos que debes tomar en cuenta.

Colores de impresión
Utiliza el modo de impresión que más se adapte a tu necesidad (CMYK, por ejemplo), selecciona las tintas con base en el acabado final que deseas obtener (mate, brillo).

Resolución
Recuerda que las impresiones denotan la calidad de la imagen con mayor contundencia que si las vieras en la pantalla de un ordenador, revisa a conciencia fotografías y demás ilustraciones, que estas no sean menores de 200 o 400 pixeles por pulgada. Asegúrate que el formato sea compatible con el que usan las imprentas.

Tipografías
Selecciona una fuente que sepas que será legible una vez que se imprima, asegúrate de que el fondo y la fuente tipográfica concuerden en cuanto a color y contraste, de los contrario, no será posible distinguir el texto.

Bordes
Cuida los bordes, determina en dónde se harán los cortes y procura no colocar a las orillas logotipos ni elementos visuales de importancia para que no salgan cortados. Debes calcular, evidentemente, las medidas de tu diseño con base en las medidas que solicita el impresor.

Sangrías
Como sabes, las sangrías se han creado para ofrecer espacio que facilite la lectura, pero también la impresión. Los bordes e indicadores de corte deben estar completamente afuera del espacio de tu diseño, así evitará cortes indeseados en el contenido mismo de tus diseños.