La K Invertida es la pieza de tubería protagonista del mega corte de agua de la Ciudad de México. Es una conexión de 180 toneladas y tres metros de diámetro, diseñada por ingenieros mexicanos, tenía el objetivo de interconectar la línea de suministro A con la B del Sistema Cutzamala, para que así se pudiera dar mantenimiento a una sin cortar el suministro de agua utilizando como reemplazo la otra.

Con esta obra se dividiría el esfuerzo de los nueve motores que impulsan el agua que corre, se tendrían cuatro de estos asignados a cada línea y se conservaría uno de emergencia. El diseño en principio es innovador y funcional, pero al instalarla se percataron que una de las “patas” quedaba con una ligera inclinación, por lo que tuvieron que recortarla tres metros y soldarla. El domingo al reanudar el bombeo habitual del agua se dieron cuenta que la pieza recién colocada sufrió un desplazamiento horizontal de 4-6 centímetros y falló.

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Para solucionar el problema, la Comisión Nacional de Agua (Conagua) decidió retirarla, desarmarla y colocar las antiguas piezas exactamente como estaban, es decir, todo el trabajo antes hecho, se deshizo. La planeación de este movimiento comenzó en 2013. José Luis Alcudia Goya, vocero de la Conagua afirmó que el material de la K Invertida será utilizado en las dos líneas antes mencionada y se elaboraran análisis y trabajo de reingeniería para permitir su correcto uso.

Aún no se puede afirmar que el diseño de la pieza fuese erróneo o si fue una falla de fabricación, hasta que se realicen los estudios pertinentes, sin duda el asunto creó bastante polémica entre la ciudadanía. Lo que nos recuerda lo fundamental que puede ser el diseño correcto de una estructura para su funcionamiento.