El Iogo de I Love New York es tal vez el emblema no corporativos má famoso, su “simplicidad” en diseño refleja proporcionalmente el impacto que necesitaba el proyecto, el mensaje es directo y contundente, fue creado como parte de una campaña para rescatar el turismo y a la ciudad en si y su creador, Milton Glaser lo entregó gratuitamente.

Tras una crisis financiera (1975) que casi lleva la ciudad a la bancarrota (en el que se le negó la asistencia federal) y un apagón (1977) que generó saqueos y un descontrol social, el crimen se elevó en Nueva York y el turismo disminuyó, por lo que el Departamento de Desarrollo Económico del Estado de Nueva York (New York State Department for Economic Development) emprendió una campaña publicitaria para regresarle la vitalidad y la atención a la gran manzana.

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Para ello recurrieron a la agencia de publicidad Wells Rich Greene,  ésta desarrollo un proyecto que consistía de un jingle (canción), un comercial de televisión que mostraba el Teatro de Broadway y un eslogan (“I Love New York”), pero les hacía falta un logotipo. Milton Glaser fue elegido por el Departamento de Desarrollo Económico por sus trabajos previos en la revista “New York Magazine”, de la cual es fundador, el retrato de Bob Dylan y la identidad visual del restaurante del World Trade Center, entre muchos otros.

Durante la reunión con los directores y creativos, Glaser presentó un boceto arrugado y fugaz que sacó de su bolsillo, lo había trabajado en un viaje en taxi, y mostró un concepto simple pero eficaz. La propuesta le encantó a todo el equipo y lo aceptaron para que continuara desarrollándolo. El artista conservó el color rojo de su boceto pero decidió utilizar negro para la tipografía, la cual por cierto es American Typewriter Bold, cuyos estilos salientes recuerdan a los de una máquina de escribir.

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El trabajo realizado por Milton Glaser fue tan contundente y exitoso que le sobrevive a la campaña después de 40 años. Por el diseño no obtuvo ningún pago, pues lo consideró “Pro Bono” para la ciudad; en una entrevista con Chip Kidd para The Believer explicó que realizó el proyecto gratis para ayudar a la ciudad a salir de la crisis.  “Eso es lo que debería ser […] Quieres hacer cosas así, donde sientas que realmente puedes cambiar las cosas”. Actualmente la marca genera unos 30 millones de dólares anuales, de los que una parte se dona al New York State Empire State Development (titular de la marca en el presente).