Para un cliente puede resultar complicado darse a entender para solicitarte algún trabajo como diseñador sobre todo si no está familiarizado con la actividad creativa. Debes saber que en este caso la responsabilidad de comprender lo que necesita el cliente corre completamente por tu cuenta y para ello debes privilegiar tus habilidades de negociación, tu capacidad diplomática y tu elocuencia para dialogar.

Para que lo logres de la mejor manera, toma en cuenta las siguientes tres consideraciones que debes tener como diseñador:

Ante todo malentendido, el diálogo
Eres un diseñador profesionista, seguramente tu formación académica comprendió la expresión verbal y si no, pues has tenido que desarrollarla a lo largo de tu experiencia profesional. Nunca dudes de las bondades de la palabra, sobre todo si es de frente. Utiliza tu elocuencia, tu paciencia y no tengas miedo al diálogo.

El cliente tiene siempre la razón, pero…
El cliente es quien ofrece su capital para el pago del trabajo creativo que tú realizas, eso le da una gran capacidad de maniobra y lo coloca en la posición de exigir que las cosas se hagan a su gusto. Pero en ti está la responsabilidad de guiarlo cuando su visión no es precisamente la que llevará a buen término el proyecto. Aquí debes utilizar también tu capacidad de diálogo y de entendimiento.

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El cliente no tiene el mismo lenguaje que tú
No culpes al cliente si no se da a entender de la manera en que tú quisieras: de seguro él no es un experto en tu materia y no conoce de términos ni de conceptos que involucran al diseño y a la creatividad visual… pero tú sí. Utiliza un lenguaje sencillo cuando negocies con él, ponte en su lugar, encuentra empatía y disponte a dilucidar sus necesidades para que las puedas plasmar en el trabajo creativo que te ha encargado.

También es cuestión de actitud
De tu capacidad de ser abierto al diálogo y de tener una buena actitud ante los clientes puede depender tu éxito como creativo visual. En ocasiones los diseñadores pueden ser un tanto impacientes con los clientes y esta actitud se puede equiparar a la arrogancia. Evítate esto, ten siempre una gran disposición y disponte a trabajar con la mejor actitud.

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