Como si fuera un aparte del libro de García Márquez, el Design Thinking tiene grandes amores y a su vez grandes demonios. Ha sido una metodología ampliamente difundida en la última década y trascendió el mundo del diseño hacia el ámbito empresarial, por lo cual se convirtió en un tema de moda en la academia y hasta en la búsqueda de modelos de gestión por parte de los gerentes para mejorar el desarrollo de sus productos y procesos.

El análisis de fondo radica en determinar si es tan buena o tan mala como unos y otros la caracterizan, porque indiscutiblemente y fuera de reflexiones conceptuales el Design Thinking logró el reconocimiento que en su época obtuvieron Munari, Jones o Burdek con sus planteamientos.

¿Qué es pensamiento de diseño?
“Pensar como diseñador puede transformar la forma en que se desarrollan los productos. Los servicios e incluso la estrategia” (Brown-2008)1

Extrayendo conceptos de Tim Brown en su artículo Design Thinking de Harvard Business Review, (Contrario a la opinión popular, no se necesita usar zapatos raros o ser Steve Jobs para ser un pensador de diseño. No necesariamente los pensadores de diseño son creados en escuelas de diseño. Muchas personas fuera del diseño profesional tienen aptitudes naturales para el Design Thinking), esta posición indudablemente ha sido un foco generador de discusiones entre aquellos que consideran el diseño como profesión y aquellos que la miran solamente como proceso creativo.

El pensamiento de diseño implica una serie de pasos que buscan un acercamiento al ser humano para reconocer las necesidades a las que este debe responder, estos incluyen la observación de las personas, la generación sistemática de ideas (proceso que en la academia funciona, pero que en la práctica no se hace efectiva por la inmediatez de los proyectos) y el desarrollo de prototipos a bajo costo.

¿El pensamiento de diseño, es posible fuera del campo disciplinar de los diseñadores?
En muchas fuentes bibliográficas se presenta la posibilidad de usar el Design Thinking como modelo de pensamiento sin necesidad de contar con un diseñador que lo dirija, la distinción primaria que se hace con las metodologías de diseño tradicionales es que el proceso lo puede hacer cualquier persona “creativa”, en este sentido creo conveniente abrir las puertas a una discusión prioritaria para el éxito o fracaso del pensamiento de diseño – ¿En qué momento alguien es más o menos creativo que los demás?; ¿se necesita entrenamiento para ser creativo?.
La creatividad es innata en el ser humano, cualquier persona está en la capacidad de generar respuesta creativas a problemas concretos, lo que sucede con los profesionales del diseño es que estamos entrenados para dar respuestas creativas con eficiencia y en tiempos más cortos, ¿pero eso nos hace más creativos?

En este sentido los partidarios del Design Thinking, aplicado en escuelas de negocios tienen cierta razón, porque la capacidad de generar ideas creativas no es exclusiva de un pequeño grupo de personas, sin embargo, los espacios para generar el proceso creativo si requieren de una preparación y un ambiente propicio para tal fin, por tanto, solamente las empresas que logren identificar las vías correctas para ambientar la creatividad tendrán como incorporar el pensamiento de diseño en sus estructuras organizacionales.

Una visión longitudinalmente distante puede ser la de Frido Smulders (Director del Msc Strategic Product Design ITuDelft) quién explica que a los estudiantes de diseño se les puede enseñar la estructura estratégica requerida para la creación de negocios.2

El Design Thinking no sirve exclusivamente para desarrollar productos, se puede usar para mejorar procesos y para implementar acciones estratégicas en las organizaciones, su pilar es la comprensión de variables culturales del comportamiento de los clientes mucho más cercana a las ciencias humanas que a las tradicionales dinámicas de mercadeo y mucho más alejada de las consideraciones netamente productivas.

El objetivo de este texto no es apoyar ni condenar las posturas relacionadas con la aplicación del Design Thinking como una metodología no exclusiva para diseñadores y con tintes empresariales, por el contrario, presenta la dualidad de visiones frente a este concepto esperando que el lector pueda reflexionar acerca de los alcances que posee, las ventajas y falencias que se puedan desglosar del mismo y tratar de aclarar en pocas líneas un tema del que muchos hablan pero pocos conocen.

Design the New Business – Spanish subtitles from dthenewb on Vimeo.