Aalto nace en 1898 en Finlandia, en ese momento provincia de Rusia. Su postura tuvo tal trascendencia nacional que apareció en los billetes de Finlandia. En este sentido, para hablar de sus diseños es imprescindible caracterizar brevemente a Finlandia: cruzado a la mitad por el circulo polar ártico, con nueve meses de invierno y tres horas de luz solar posee una superficie similar a la provincia de Buenos Aires en Argentina, perforada por innumerables lagos con la presencia de abundantes bosques de coníferas y auroras boreales.

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Desde la arquitectura, Aalto da visibilidad a un país. Su estilo es más depurado y racionalista que el de Wright. Por ejemplo, en la Biblioteca Viipuri, un espacio de lectura, puede verse como un diseño sencillo responde a características del entorno al usar círculos en el techo con forma de cono para atrapar la tan valiosa luz, sin que se proyecte sombra y brindándole luz cenital al ambiente.

Asimismo, en la Universidad Politécnica de Helsinski, un aula longitudinal se dispone con vista al bosque y con un techo de buena reverberación para que todos los alumnos escuchen por igual en el aula. Otro ejemplo es la Villa Mairea, en la que el arquitecto, a través de un basamento de piedra y madera y ventanas que están salidas de la fachada, logra más horas de luz.

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En el Sanatorio antituberculoso Paimio se vuelve también esencial el tratamiento con luz de sol. Con una perspectiva similar a la de la Bauhaus, Aalto diseña una planta disímil que rota buscando atrapar más luz. De este modo, sin importar que no haya una simetría perfecta, se busca cumplir una función particular. Esta forma de diseñar se ve reflejada también en la Torre de apartamentos en Bremen, donde se observa en planta un abanico que juega con un frente rígido, acortando las comunicaciones internas y dándole carácter al diseño, sin perder la forma.

El diseño de Baker House, una serie de dormitorios para el MIT, responde a este tipo de estructura tan característica proyectada por Aalto. Allí se observa una especie de víbora que mira hacia el río opuesta por una fachada que respeta la trama urbana.

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Además, Aalto llegó a tener una visión integral de la arquitectura, teniendo en cuenta desde el manejo de la luz y el espacio hasta los muebles. Los diseños de mobiliario de Aalto y su esposa Aino lograron recorrer el mundo con un éxito impresionante.

Por ejemplo, son famosas las vasijas y floreros con formas de auroras boreales congeladas. Esta misma intención buscó representar Aalto en la Expo Mundial de Nueva York en 1939 en el Pabellón de Finlandia, donde el edificio connota una aurora boreal perforada y congelada para caracterizar mundialmente a su país.

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Las obras mencionadas de Aalto, parte del Movimiento Moderno y miembro de los CIAM, están muy relacionados con el ser humano y una arquitectura basada en sus valores, poniendo especial atención en el campo psicofísico. En otras palabra, como él mismo afirmó: “Hacer más humana la arquitectura significa hacer mejor arquitectura y conseguir un funcionalismo mucho más amplio que el puramente técnico.”

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