La manera en que te conduces como profesional de la creatividad, las alternativas que tomas y las decisiones que definen el resultado final de tu trabajo involucran invariablemente a la ética.

Relacionar las cuestiones morales con tu actividad remunerada no es fortuito, a ello se le denomina ética profesional y se sostiene de postulados que en lo general y en lo particular rigen tus comportamiento en aras del beneficio colectivo.

No basta con ejecutar tus labores en tiempo y forma, importan también los beneficios sociales o personales que puedes obtener de tu trabajo y las consecuencias que cada decisión profesional tuya puede tener en tu entorno.

La ética se refiere a las normas convencionales (no confundir con leyes que involucran al derecho o con juicios de valor que que se regulan más bien con la moral) que determinan la manera en que hay que conducirse en beneficio del entorno social.

En el caso laboral, el término que involucra a la ética es la deontología, rama que establece los deberes que asumen las personas encargadas de una labor determinada.

Si lo que deseas es establecer como creativo de la imagen los principios de una labor responsable socialmente, es decir ética, puedes planearte las siguientes siete cuestiones.

  • ¿Mi trabajo promueve un entorno más amable?
  • ¿Mi labor resulta conveniente para las personas?
  • ¿Mi actividad beneficia a mi cliente y a nadie más?
  • ¿El producto que he generado subsana necesidades o cumple deseos?
  • ¿Esta labor promueve valores culturales de la localidad?
  • ¿Los materiales usados en mi  labor creativa respetan al entorno?
  • ¿Mi familia y yo usaríamos el producto proyectado?

Ten la seguridad de que responderte estas preguntas con honestidad y con un deseo de hacer algo en beneficio de los demás (y de ti mismo) te abrirán paso en el camino de tu ética como profesional de la creatividad.

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