La importancia de crear o personalizar una fuente radica en el hecho de que te permite transmitir el mensaje exactamente como tú quieres. Es decir, puedes definir el estilo tanto como se crea conveniente para reflejar los valores, o la propia personalidad de ésta, si es juvenil, clásico, manuscrita, etcétera. Diseñar tipografías para proyectos como un logotipo o la identidad corporativa de una compañía no es algo sencillo de hacer, los aspectos a considerar son:

Definir el objetivo:

Antes que cualquier otra decisión, se tiene que plantear qué se quiere conseguir con dicha tipografía, qué mensaje va a transmitir, si tendrá un estilo clásico o moderno, si será manuscrito o extravagante, si se usará sólo en mayúsculas o minúsculas. Si será más visual o sólo legible, etcétera.

Conocer el público objetivo:

A la hora de crear cualquier diseño es fundamental conocer a quién estará dirigido, por lo que en las tipografías no es la excepción. Se tiene que considerar si será para determinado público o tienen que abarcar algo más general.

Crear redes:

Al inicio, crear formas en las letras podría facilitarte mucho las cosas, por lo que necesitas concebir una red, de tal forma que se tiene una base para realizar letra por letra, para que de ésta manera se establezcan parámetros con los que se pueda comparar cada una de éstas y reconocer las virtudes y desventajas.

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Personalidad:

Después de todo se trata de demostrar la personalidad e identidad de tu marca, por la que nunca olvides esto a la hora de diseñar. ¿Cuál es el objetivo de tu empresa? ¿Qué valores deseas demostrar? ¿Qué hace diferencia tu producto de los demás?, etcétera,

Precisión en lo digital:

Al diseñar una tipografía en un programa basado en vectores (como Illustrator) es importantísimo que exista una exactitud en las funciones matemáticas del software que permita que los trazos sean 100 por ciento exactos y no se pierda ningún detalle en los dibujos generales.

Consultar con expertos y público:

Una manera eficaz de reconocer si el diseño es funcional, es someterlo a la crítica constructiva, para ello se requiere del apoyo de expertos que conozcan del tema y un grupo de público similar al del objetivo, para que éste sienta se comunica el mensaje correctamente.