El simple hecho de lidiar con un cliente complicado y que no sabe lo que quiere es una pesadilla que nunca dejará dormir a un diseñador, en el peor de los casos un cliente sofocante se convierte en Freddy Krueger. Pero además de eso, el iniciar un proyecto nuevo implica complicaciones de estrés y frustración, al grado del insomnio.

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Para recordar que el ser un diseñador es una profesión complicada pero con resultados que al final dejarán dormir, te presentamos estas cinco pesadillas que se pueden evitar, situaciones incomodas que provocan una mala relación y un cansancio excesivo:

01. Clientes que se rehusan a pagar.

Este es un problema de todos los días, sobre todo cuando se es un diseñador freelance. Los clientes son persistentes al querer que se le entregue un proyecto, pero cuando se trata de pagar desaprecien más rápido que Flash.

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02. Los interminables cambios por parte del cliente.

Un cliente al que no se le pone límites y se le da libertad para tomar un sin fin de decisiones se puede convertir en una total pesadilla. El simple hecho de que este llame a media noche para pedir cambios, favores o platicar nuevas ideas, hará que como diseñador nunca se duerma lo suficiente y se termine odian tanto a la persona como el proyecto en general.

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03. Más de 500 correos electrónicos

Al despertar, una de las primeras actividades que se realizan en la oficina es revisar la bandeja de entrada del correo, pero encontrarse con una infinidad de correos con encargos, peticiones, revisiones y bomberazos es algo de lo peor que puede pasar, ya que la mayoría de esos correos contendrán pedidos para ayer.

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04. Frases como “No me gusta el color”.

Una cosa es mantener al cliente contento pero también hay que saber expresar la confianza y conocimientos que se tienen como diseñador para no quedar mal parados ante todos. Es importante hacer entender al cliente que hay factores que simplemente no van a funcionar, como colores, fuentes o tamaños. Hay una reputación que cuidar.

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05. Solicitar un logotipo gratis

Muchos creen que el logotipo por tratarse de algo “pequeño” debe ser barato y un trabajo sencillo de realizar, por lo que se toman la libertad de pedir este tipo de servicio gratis, haciendo que el diseñador se sienta frustrado y sin ganas de dormir. Siempre hay que negarse, ya que si se acepta una vez se hará algo frecuente.

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