Esta es la segunda y última parte de este compendio de consejos prácticos para administrar nuestra creatividad con sentido de negocio.

Resulta importante recordar que la creatividad es un proceso donde lo más importante es llevar a cabo una idea y materializarla en el mundo real, obteniendo con ello resultados reales, ya sean económicos o de comunicación.

Ya hablamos de aprender a equilibrar necesidad y pasión y aprender a utilizar la influencia y la inspiración. Veamos los 3 consejos restantes:

3. Aprende a distinguir entre idear y hacer.

Comúnmente solemos señalar al que genera ideas como una persona creativa. Sin embargo la definición correcta es aquel que no solo piensa sino ejecuta una idea.


Scott Belsky afirma en su libro “Making Ideas Happen” que la creatividad sin organización no funciona. El plantea la siguiente ecuación:

“%CREATIVIDAD X %ORGANIZACIÓN = %IMPACTO

100% X 0% = 0%
Las buenas ideas sin organización generalmente no se realizan.

50% x 2% = 100%
Las ideas “menos creativas” pero organizadas son más productivas.”

¿Cuántas veces vemos ideas “poco creativas” u originales en las calles y decimos “yo lo hubiera hecho mejor”? Exactamente eso es lo que pasa, que solemos pensar mucho y actuar poco Consejo en un tuit: Se un hacedor, el mundo ya tiene demasiados pensadores.
4. Aprende a reducir y organizar.

La simplicidad no es fácil de lograr, menos cuando tenemos miles de cosas que hacer. Sin embargo la creatividad requiere que optimicemos tiempo, dinero y esfuerzo si queremos que sea redituable.

John Maeda, fundador del Grupo de Computación y Estética del Medialab del MIT, quien sentó las bases del mundo multimedia de mediados de los 2000, dice en su libro “The laws of simplicity”:

“La manera más sencilla de alcanzar la simplicidad es a través de la reducción inteligente y racional”

Simplicidad trata de reducir lo obvio, de no volver a pasar por el mismo lugar 2 veces en 2 procesos creativos distintos. Ej. Si ya investigaste los hábitos de un grupo demográfico para un proyecto guarda tus conclusiones y utilízalas las veces que sea necesario para justificar otros proyectos.

Simplicidad no es flojera, es optimización.

Reducir y organizar nuestros procesos tiene muchos beneficios:

1. Optimizan recursos
2. Reducen tiempos
3. Producen más con menos
4. Generan más ideas útiles
5. Reportan mayores utilidades

Decía Leonardo Da Vinci:

“Simplicidad es lo último en sofisticación”

Así que no por complicar las cosas obtendrás mejores resultados, lo mejor es encontrar caminos más cortos pero igual de creativos para llegar a obtener resultados cada vez más efectivos.

Consejo en un tuit: Reduce lo obvio. Creatividad es hacer de lo complicado algo simple.

5. Aprende a alternar trabajo y silencio.

Es socialmente aceptado como una virtud el ser una persona trabajadora en extremo. Sin embargo en el trabajo creativo esto puede significar que no estamos haciendo bien las cosas.

El proceso creativo requiere tiempos para relajarse y aguardar que las ideas cuajen, que la inspiración nos tome por sorpresa y las mejores soluciones aparezcan.
La mayoría de las veces tenemos el tiempo encima para entregar un proyecto, eso es cierto, sin embargo aún en esas situaciones lo mejor es procurar un momento de silencio para después sentarnos a poner manos a la obra.

Dice un dicho anónimo:

“El silencio es el escenario ideal para vivir el ahora.”

En la entrega anterior hablamos de la inspiración y como no podemos forzarla. Dijimos que la mejor trampa para atraparla es traer con nosotros un cuaderno, incluso una servilleta.

El silencio es un estado mental, una actitud, un momento que se cuenta en unidades de tiempo pero que no es necesariamente largo, puede ser un segundo o 5 horas.

Parece mentira, pero los lugares donde pueden ocurrir las mejores ideas son: La cama, la regadera o el sanitario.

Los 3 lugares tienen reúnen condiciones óptimas para el silencio:
1. Mínima distracción
2. Cuerpo y mente libres
3. Un ambiente diferente

Esas son 3 características que debemos buscar en un espacio físico para tener un mejor silencio, para esperar la inspiración, para reposar el problema y encontrar mejores soluciones.

Darse un respiro:

1. Reduce el stress
2. Permite la autocrítica
3. Fomenta la inspiración
4. Atrae nuevas ideas
5. Aumenta el gusto por lo que haces

Consejo en un tuit: Agenda tus pausas y captura lo que resulte de ellas.

Espero que estos 5 consejos prácticos les sean de utilidad como lo han sido para mi durante casi 15 años trabajando en agencias de publicidad.