El color es utilizado para destacar, crear una impresión, provocar sensaciones y reacciones o para muchas respuestas emocionales, por ello es que las marcas y empresas lo utilizan a su favor, dado que bien utilizado puede atraer más atención de los consumidores hacia el mensaje. En el caso del diseño impreso esto no es la excepción, por ello Jill Morton, psicóloga de color y apasionada de éstos explica cinco consejos que te ayudarán a seleccionar mejor las tonalidades utilizadas, al mismo tiempo de asignarles un simbolismo correcto y no dejarte guiar sólo por las preferencias personales.

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¿Colores oscuros o claros?

Entender las 4 tonalidades básicas nos ayuda a seleccionar de manera más astuta: los colores brillantes son vibrantes, dinámicos y revitalizantes; los claros son delicados, pacíficos, pero muestran la verdadera esencia; los oscuros son confiables y profesionales, pero los apagados son sofisticados y tranquilizantes.

Las generaciones tienen colores:

Aunque parezca increíble, los colores juegan un papel diferente en cada generación, se trata de asociaciones con momentos vivenciales. Mientras unos relacionan el morado como algo sagrado y religioso, para los más jóvenes podría relacionarse con Barney.

Colores con objetivo:

Existen colores marcados por su función, como el amarillo que genera alerta, el azul o gris que tranquilizan o el rojo que altera las emociones.

Aprovecha la fuerza de tres colores:

Los diseños de documentos o impresos requieren dos o tres colores como máximo, recayendo la fuerza en el contraste de dos y utilizando el tercero para algunos detalles o distintivos, usar cuatro colores genera distorsión visual, lo que creará confusión o una distracción.

Contraste de texto y fondo:

Para que el mensaje sea captado más fácilmente, utilizar el contraste entre texto y fondo es elemental, sino el primero se perderá en el segundo y no se entenderá nada.