En la fotografía, como en muchas otras profesiones, existen algunos vicios fomentados por los mismos fotógrafos, que deberían desaparecer con el fin de realizar el trabajo de una manera más óptima tanto para el profesionista como para los clientes finales.

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Algunos de estos malos hábitos muchas veces ni siquiera se perciben como tales, sin embargo, si se evitan el trabajo del fotógrafo será mejor de lo que ya es en sí mismo tanto para el propio fotógrafo como también para los colegas en caso de que se trabaje dentro de un equipo de trabajo donde haya otros colegas de la misma profesión.

A continuación, los hábitos que deben evitarse a toda costa en el quehacer profesional.

Criticar el trabajo de manera no constructiva. Sobre todo cuando se trata de un equipo de trabajo y se critiquen las fotografías de los demás compañeros. Esto sólo muestra poco profesionalismo y, por tanto, es una señal de que no se es un buen fotógrafo.  Los buenos, en cambio, dan su crítica constructiva y comparten sus conocimientos.

criticar

Trabajar gratis. Aunque esto puede ocurrir cuando se está al inicio de la carrera profesional, cuando ya se ha pasado por esa etapa no se debe hacer ninguna toma sin cobrar, ya que esto denota poca valoración del trabajo del fotógrafo. Tal vez esta regla podría romperse cuando se trata de un favor a un amigo, pero sólo en esos casos se debe hacer fotografías gratuitamente.

Echarle la culpa a una mala foto a su equipo fotográfico. Es cierto que mientras más moderno o mejor conservado esté una cámara fotográfica o sus lentes la calidad será mejor, sin embargo, la mayor responsabilidad de que una fotografía salga bien o no, es del fotógrafo, quien debe conocer su equipo y sacarle el mejor provecho posible. En caso de que el equipo sea obsoleto, sí debe pensarse en cambiarlo.

fotografo

Corregir errores en un editor de imágenes que pudieron corregirse desde la toma. Ahora con la facilidad relativa de los programas editores de imágenes puede ser fácil que los fotógrafos se confíen y descuiden pequeños detalles en la captura de una imagen, ya que después puede corregirse con ayuda de Photoshop u otros programas similares. Sin embargo, para considerarse un fotógrafo de los buenos es mejor recurrir lo menos posible a estos editores.

En definitiva, un  buen fotógrafo sólo se hace con la práctica y mediante buenos hábitos profesionales, entre los que no se encuentran los anteriores.