Las herramientas digitales y sus ventajas para la creatividad visual, lejos de rechazarse, deben aprovecharse por su facilidad para ahorrar tiempos y pasos, pero ello no significa que no tengas que estar preparado para cuando no sea factible su uso.

En el caso de la fotografía, la disyuntiva entre utilizar enfoque manual o automático se presenta frecuentemente y en el caso del manual, puedes optar por él en los siguientes cinco casos que vamos a recortarte a continuación.

1. Fotografía en modo macro
En la fotografía en modo macro es posible  definir con mayor precisión el punto de enfoque, se reduce la profundidad de campo y en un espacio de pocos centímetros se debe  seleccionar la porción que va a tener mayor nitidez y también las partes que no.

Beside, por Ann Melancholy

2. Fotografía de retrato
Cuando se fotografían personas casi siempre se debe centrar el foco en los ojos, que son un elemento fundamental del rostro, sin embargo, hay quien decide encontrar el foco en los labios. Cuando se trabaja con grandes aperturas de diafragma  y se obtiene poca profundidad de campo, el enfoque manual permite determinar el punto exacto del foco.

Pure As Snow, por   Mohammadreza Rezania

 

3. Fotografía con poca luz
Disparar una fotografía cuando hay poca luz no permite funcionar adecuadamente al sistema de enfoque automático y en muchos casos, la cámara ni siquiera se puede disparar, la solución más evidente es el enfoque manual.

NOCTURNO, por  Nydia Lilian

4. Disparar a través de un vidrio o una reja
Cuando se hace una fotografía desde atrás de una cerca o de una ventana  enfoque automático suele confundirse y centrarse en un  objeto equivocado. Con el enfoque manual, en cambio, se puede tener el control para obtener mejores resultados. Una acción útil es acercarse lo más posible al cristal o la reja.